16/11/08

Matsuo Basho

Matsuo Basho (1644-1694) supo dar un nuevo sentido al haiku contra una tradición que lo reducía a género cómico y ligero. Acepta su forma, pero lo convierte en vehículo de la poesía más sutil, de la intuición instantánea, en «ejercicio espiritual».

Dedicó los últimos años de su vida a realizar viajes de peregrinación y conquista interior. El cuarto de ellos, iniciado en 1689, lo condujo hasta una región montañosa del norte del Japón, y su diario poético nos llegó con el título de Oku no Hosomichi (Sendas de Oku).

Leemos, sin mucha convicción, su traducción. ¿Qué quiso decir Basho en su diario? Lo que buscó, en cambio, es transparente, contemporáneo, y asimismo occidental: «No sigo el camino de los antiguos: busco lo que ellos buscaron».


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