27/11/10

H. M. Enzensberger: Lástima

HANS MAGNUS ENZENSBERGER: «SCHADE», 2003 | TRAD: J.R. GALLO, 2010

Sí, tú siempre fuiste muy despierto,
las cogiste todas al vuelo. Inolvidables
tus golpes; temible tu intuición;
infalible tu olfato.
Solo para fijarte
en la leve ondulación del lago, para esperar
hasta que poco a poco se hiciera de noche,
te faltó paciencia.

Simplemente tenías otras preocupaciones
y ni un momento para el temblor
de los dedos que rozan un cabello.
La ardilla gris, extraviada
en el Metro, no te decía nada.
También el aroma del amor,
que lenta muy lentamente se extiende,
se te escapó, por no hablar
del titilar de las constelaciones
y de la demencia aduladora
que llega hasta nosotros de puntillas.
Simplemente, no fuiste tan despierto.
Simplemente, no te enteraste de nada




Oh, du hast immer gut aufgepaßt,
rechtzeitig zugegriffen. Unvergessen
deine Coups, dein Durchblick gefürchtet,
untrüglich deine Witterung.
Nur um das unnütze Kräuseln des Sees
ins Auge zu fassen, zu warten,
bis es nach und nach dunkel geworden ist,
fehlte dir die Geduld.

Du hattest eben andere Sorgen
und keine Zeit für den Schauder
der Fingerspitzen im Haar.
Das graue Eichhorn, verirrt
in der U-Bahn, fiel dir nicht weiter auf.
Auch der Geruch der Liebe,
der sich langsam, langsam enfaltet,
ist dir entgangen, ganz zu schweigen
vom Flimmern der Konstellationen
und von der sich auf Zehenspitzen
einschmeichelnden Demenz.
Du hast eben nicht aufgepaßt.
Du hast eben nichts gemerkt.


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