30/11/10

Marcas de ensamblaje

Hace décadas que estudiamos documentos anteriores a la invención de la imprenta. Muchos de ellos presentan marcas «antrópicas de ensamblaje», en términos más coloquiales, son un indecente «cortapega». Habríamos encontrado así las pruebas más tempranas de canibalismo en la literatura española.

¿Qué semejanzas puede haber entre un canibalismo literario y otro, digamos, nutricional? Ambos surgen en contextos de escasez y hambruna, y ambos se vuelven pronto pautas estables. Los malos poetas habrían iniciado esta práctica como adaptación al entorno, tal vez para vender algún ejemplar más en la feria del momento, pero poco a poco adquirieron la naturaleza caníbal como condición primera.

Entre los principales yacimientos se encuentran los de la Sierra de Guadarrama. Aquí la versofagia no fue circunstancial, sino escuela y hábito de muchos. Debemos trabajar más las fuentes, pero está ya confirmado que se trata de un foco de canibalismo ritual, un Babel de mentiras donde habitan más maestros que en Florencia, más editores que lectores, más astros que en el firmamento.


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