Siento ponerme sentencioso y caer en tópicos, pero hoy es esto: No hay nada en el mundo que falte donde tú estás. Donde vayas, repetirás lo que ahora eres; donde odies, perderás lo que aún no amas, pues el mundo es una atrevida arquitectura que levantas con tus palabras.
No te canses en vagones ni acarreando maletas. Mira el mar o sube a la montaña; ahí, cierra las contraventanas y deja breves rendijas de luz como compendios de lo visible. Ahí está todo. Ahí estás tú.
El viaje es un fantasma que jamás descansa. El cambio –del tú o del todo– nace en el deseo de algo que no estará luego donde lo buscas, y que solo se extingue en la repetición, en el eterno retorno del tedio.
Hierba. Viento. Los otros invisibles.
Nuestro único deber es escuchar.
6/7/11
No por invisible
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He soñado con esto. Soñaba:
ResponderEliminararquitecturas celestiales
recordatorios de lo visible
bolsas de luz en la noche
sí, sí, sí...
Pero siempre "sin imágenes"
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