La implantación social y la evolución de cada tecnología nos siguen sorprendiendo. Lo sabemos: por muchos cálculos que se hagan, el futuro es impredecible.
Se dijo que la palabra escrita declinaría, víctima de la televisión y la comunicación visual, pero ahora se escribe como nunca a través del correo electrónico y las redes sociales.
Luego fue la oficina móvil y sin papeles [sic]. Resultó lo contrario. Oficinas y hogares se convirtieron en miniimprentas a causa del bajo precio de las impresoras. Para completar el cuadro, el comercio electrónico ha disparado el consumo de papel y cartón para los envíos postales.
Se han hundido la prensa o las enciclopedias generalistas impresas en papel, es cierto, precisamente porque contienen una información de vida muy corta. El papel implica un deseo de permanencia. Y la literatura no puede renunciar a él.
18/2/18
El libro impreso en papel - ¿Ebook?
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