11/7/07

Tilos de Ruysbroek

Fuerte deseo,
fuerte cuan hubo de ser
su toque en la boca del infinito,
viste vuestro valle
de lino de túnicas y casullas,
de trinos y tilos iluminado

Al cabo de los siglos,
a través de cifras y vuelos de querubines
te entendemos,
penamos arrastrando
la misma montaña de nulidad,
el fardo de los mediocres deseos.

Si un cisne te pidiéramos,
no más,
si nos acercara,
estremeciendo juncos y nenúfares,
un instante
tu blanco celestial.

 

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