20/6/08

Guacamayas

Place Guy d'Arezzo, 31-VII-2005

Llegan guacamayas desde la selva,
no sabemos muy bien cuándo aparecen,
qué las conduce hasta los altos de las ciudades,
hacia manos humanas que las atrapan y venden.
Es así, la vida o la libertad
acostumbrado tributo para las que llegan
del aire tan lejos sin un porqué.
Muy pocas podrán regresar.
Desconcertadas la primera noche,
abrirán luego sus picos de roca,
pronunciarán su respuesta coral.

En este continente
nos preguntamos aún por los siglos antiguos.
Ellas, entretanto, van tejiendo
gigantescos nidos globulares,
se posan en cornisas
y platican.
Su clamor es estruendoso.
Mientras hay luz, hay voces
que nos llenan los pensamientos de plumas verdes.

Al ocaso, en el cenit del canto,
hasta ciento cincuenta pude contar entre las hojas,
hablando lenguas diversas, radiantes y líquidas.
Olvidemos el mito
de la pareja primera, la jaula
abierta en una tarde de verano.
Con elocuencia desbordante
el prodigio ha cruzado los océanos.


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