17/3/10

En una oficina

P. ¿Qué aprende un poeta en una oficina?

R. Nada. A escribir memorandos. En mi caso, aprendí a deslizarme desde el horario de oficina a la Biblioteca Nacional de Lima, a 500 metros del Senado. A escondidas terminaba leyendo a los clásicos en la colección de Ribadeneyra.

Carlos Germán Belli
Babelia, 22-XI-03


No hay comentarios:

Publicar un comentario