22/3/10

Pocas plazas son de primera

Se suele torear en poblaciones modestas, de nombres arcaicos, a veces en tenderetes levantados por los carpinteros municipales.

Salga el diestro sabiendo que se juega siempre la vida. (Igual da una fiesta patronal que la Monumental de 20.000 almas). Que las astas son puñales y aun más agudas en plaza humilde, porque la cogida pierde su pathos heroico, su nobleza, y el torero, si le sonríe la suerte, regresará a casa malcosido en un autobús de línea.

No hay plaza pequeña.
No hay pase sin peligro.
Y los trofeos que corte parecerán menos.

Toro es toro.
El toro no entiende de plazas.




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