14/4/11

Esto es un pueblo

Esto es un pueblo, le dijeron. ¿Y?

Pues que en la ciudad ocurren cosas. Verdad es que muchas veces no importan, pero ocurren. Esa tienda, la zanja, una calle que no conocías, eventos, festivales, tonterías, barrios que descubres, gente nueva... Puedes decir que todo es lo mismo, pero el caso es que están ahí, que existe la sorpresa, o por lo menos lo inesperado. ¡Ya!

Y esto en cambio es un pueblo. Y hay lo que hay. Sabes todo lo que hay y todo lo que va a haber. El pueblo es finito, y lo más importante es que no puedes enfadarte con nadie, ¿sabes? Porque cada persona tiene amistades y eso en la ciudad da igual, es una gota en el océano. Pero aquí no. Si yo riño contigo me enfrento con muchos: con el cartero que es tu cuñado, con la cajera que fue tu amiga en el colegio, con ese tío feo de la panadería.

Y al final se crean zonas enemigas, enclaves hostiles. El pueblo se hace cada vez más pequeño, puede ser muy desagradable, y no tienes adónde ir.



2 comentarios:

  1. Creo que en el plano que acompaña el texto, en la esquina inferior izquierda, hay todo un relato que se podría desarrollar. La ciudad que se va haciendo invisible o la lepra que devora las ciudades.

    ResponderEliminar
  2. Sí. Interesante para un texto más fantástico. Una ciudad donde aparecen "descampados" (o sea, lo contrario de lo que ha sucedido). En mis tiempos infantiles había muchos en Madrid. Yo hacía hogueras en el Paseo de La Habana, sobre 1978.

    ResponderEliminar