23/4/11

Flamenco Punk

La imagen de un futbolista tatuado dando capotazos es la prueba irrefutable del curso de la historia. Ese fogonazo posmoderno, mezcla entre avatar de PlayStation, lagunas intelectuales, ingresos astronómicos, caligrafía tolkeniana y una tradición ancestral.

En algunos equipos existe la demarcación fija de matador, igual que lateral izquierdo o mediapunta creativo. Hay perfiles evidentes y jugadores a los que, de entrada, se les supone el manejo del capote.

Como siempre, la suerte suprema llegará en el último tercio de la lidia. Concluida esta, el diestro entra a matar, aplasta el trofeo y lo hace añicos en medio del ruedo.

Es la belleza de un gesto. Es la performance pura. Es el arte flamenkito-punk.




2 comentarios:

  1. El caso es que a Ramos le pidieron que se sumase a la fiesta y el chico hizo lo que pudo. Las matemáticas nunca fueron lo suyo.

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  2. La cultura está sobrevalorada.
    Tanta universidad ¿para qué?
    Se podría comenzar con encierros taurinos en las universidades, capeas en el Aula Magna y ensartar a rejonazos los libros de la biblioteca.
    Por la noche, quema de actas y cante jondo.

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