15/6/11

Confesable

Cuando era joven y los amores se quebraban como puentes en primavera, le gustaba pensar que la rubia era insegura y necesitada de protección. Lo decía y se lo decía. Ahora está perfectamente solo y le confiesa: eres fuerte. Ella, quién sabe, tal vez sea la misma. Él sí sabe que hizo desguazar la moto que no tuvo, que soltó el corcel blanco al monte, que le complace singularmente el arte de las máscaras. La rubia es en efecto bella. El ruiseñor lo dice y se lo dice.


No hay comentarios:

Publicar un comentario