19/6/11

Grandes estadistas

Ambos elementos unidos, nuevas tecnologías y antigua codicia, producen un ecosistema exuberante, la llamada selva lluviosa o pluvisilva.

Las especies que lo habitan tienen hojas hipertrofiadas para asegurar una productividad continua y capturar tanta luz como sea posible. En suelos pobres en nutrientes, la competencia entre mercados cada vez más libres provoca que ciertos especímenes recojan los residuos que caen de estratos superiores, o bien se vuelven forzosamente insectívoros. Como es sabido, proliferan sobremanera las plantas trepadoras gruesas y leñosas. Las epifitas, por su parte, carentes de raíces propias, crecen en los troncos de los valores empresariales y en las hendiduras de las ramas. Dando a la innovación el lugar preeminente que merece, envuelven a los hospedadores hasta estrangularlos y se convierten así en organismos plenos.

Si bien pasaremos años duros, saldremos adelante porque nuestras selvas albergan una rica variedad de animales exóticos, muy apreciados como mascotas, y porque las criaturas dependen tanto unas de otras que no pueden vivir por separado.


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