Éramos peces dorados
Y la pared de cristal nuestra mente
Y afuera un río enorme y luminoso
Estábamos en realidad asustados
Mudábamos la piel entre las olas
En el tejado
Alguien cree
Que la desnudez reposa en Dios
Somos criaturas verdaderamente extrañas
Que un día puedas decir
Oh juez, yo nunca tuve intención de herir a nadie
Ahora toca respirar
Lo que se llama miedo, temor, suplicio
Nada tiene con nosotros
Ahora toca respirar
Quebrar la superficie
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