18/4/07

Contemplar

2007

Contemplar, «situarse-en-el-templo», es acceder al lugar de percepción de lo más real. Contemplar es pues la fuente de la creación genuina.

La poesía no puede aprenderse como una técnica. Todo lo relacionado con ella —la lectura frecuente de obras, la ambición de éxito, el deseo de ser poeta— puede volverse un obstáculo y nublar la visión.

El poeta busca el interior, el reverso de las cosas.
Lo esencial está siempre amenazado por lo insignificante.

Cada poeta es insuperable, no en atención a su calidad (estéticas del genio) o al juicio del lector (estéticas del gusto), sino por lo que su obra ofrece en cuanto revelación singular de lo que es inagotable.

La originalidad no puede consistir en un uso peculiar del lenguaje. El abuso de los signos es, precisamente, lo que nos hace caer en innumerables errores acerca del mundo y de nosotros mismos.

El silencio consiste en callar para oír algo más grande.
Poesía: palabra primordial: fluye en el silencio.