7/4/07

Salto

No en las palabras,
no en la belleza de tales palabras;
nada de lo que ves alcanza
la otra orilla del salto
al que nos empuja por sorpresa la esperanza:
la ingravidez perpleja,
el paso
al vacío, la volubilidad
de las aguas rendidas: es apenas
un muchacho que acomete el miedo,
y es el aire
que en los escollos guarda
el calor de su ilimitado aliento
trenzado con salitre de sus alas.
No en las palabras:
el salto
subsiste deslumbrante,
a salvo de los embates del aire.


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